Cuentan los vecinos de Elgorriaga que en aquel entonces, en los terrenos en los que ahora se sitúa el balneario existía una venta, en la que los vecinos de las localidades cercanas paraban a comer y dormir. Sus propietarios se dieron cuenta de que el ganado vacuno se acercaba siempre a beber al mismo punto, y decidieron llevar a analizar aquella agua que sabía tan salada.
Sus aguas mineromedicinales son las más saladas de Europa (336g/l). Fueron declaradas oficialmente de utilidad pública en 1919. Aguas tan valoradas que entre sus primeros visitante se encuentran los hijos de Alfonso XIII.